
Camino a la Iglesia de San Francisco pude observar cómo una persona ayudaba a cruzar la pista una viejita (la de la derecha), que al parecer tenía problemas de vista.
Anteriormente, cuando estuve en la esquina entre el Parque de la Bandera y la Casa Municipal observé a otra señora no muy mayor que ayudó a otra, también mayor, a cruzar la pista (imagen izquierda).
En ambos ejemplos podemos recalcar el gran espíritu de solidaridad por parte de los transeúntes al ayudar a un desconocido. Eso es lo que se necesita hoy en día, gente que ayude a los más necesitados, no me refiero solamente con limosnas, sino, con su tiempo, con acciones que eleven su calidad como seres humanos, pues mucha gente tiene problemas o dificultades.
Anteriormente, cuando estuve en la esquina entre el Parque de la Bandera y la Casa Municipal observé a otra señora no muy mayor que ayudó a otra, también mayor, a cruzar la pista (imagen izquierda).
En ambos ejemplos podemos recalcar el gran espíritu de solidaridad por parte de los transeúntes al ayudar a un desconocido. Eso es lo que se necesita hoy en día, gente que ayude a los más necesitados, no me refiero solamente con limosnas, sino, con su tiempo, con acciones que eleven su calidad como seres humanos, pues mucha gente tiene problemas o dificultades.
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