jueves, 18 de junio de 2009

Influencia española en la arquitectura peruana







Cuando caminamos por la Plaza de Armas podemos observar hermosos balcones de madera que sobresalen de los mismos edificios. Pero nos preguntamos de dónde es su procedencia, la respuesta son dos palabras que resumen cinco siglos de influencia arquitectónica en el Perú: “influencia española”.

Etimológicamente la palabra arquitectura proviene del vocablo griego que tiene dos interpretaciones principio de edificar y principio de fundar. En la primera, la palabra principio se refiere a la base de proyectar y construir edificaciones. La segunda se puede relacionar a la idea de establecerse de un modo permanente. Otros utilizan el significado del arte de construir edificios.

La Plaza de Armas fue construida como centro de la ciudad, donde estaban los terrenos separados para los conquistadores. Posteriormente, por órdenes del rey de España, se estableció el sitio del poder político, el poder religioso y la administración de la ciudad, en esa época llamado cabildo. A primera vista se puede apreciar que todas estas edificaciones tienen estilos coloniales diferentes entre los cuales se encuentra el renacentista y el barroco.

Por el otro lado, en el Perú, antes de la llegada de los españoles, los Incas ya habían desarrollado diferentes técnicas de arquitectura, caracterizadas por su gran trabajo en piedra. Diseñaron planos con grandes caminos que se cruzaban con pequeñas calles y todas estas tenían como punto central una plaza donde había templos y edificios de las autoridades incaicas. En su mayoría las construcciones eran de un solo piso con grandes acabados de piedra o adobe.

Existieron diversos tipos de paredes en el incanato y resumidos estos en cinco modelos básicos: el tipo Celular, el Rústico o "Pirka", el tipo Ciclópeo, el Inca sedimentario o Imperial y el tipo de Enchased.

El tipo Celular: Tiene un aspecto similar a la estructura de un panal de abejas, hecho de pequeñas piedras calizas poligonales.

El tipo Rústico o Pirka, este estaba tallado de piedra y su colocación era desordenada, por lo cual sus vacios estaban rellenados con piedras pequeñas y abundante barro.

El tipo Ciclópeo: También conocido como Megalítico, se caracteriza por contener enormes bloques de piedra granítica que, en algunos casos, alcanzaron hasta 8.5 mts.

El tipo Inca sedimentario o Imperial: Consistía básicamente en el uso de piedras de mediano tamaño dispuestas en filas horizontales, dando la impresión de ser totalmente rectangulares. Las juntas son tan perfectamente pulidas que es imposible meter una hoja de afeitar o incluso una hoja de papel.

El tipo "Enchased": Hecho con piedras ígneas.


En el momento de la conquista del imperio incaico, en España se daban dos estilos de arquitectura: el renacentista y el barroco. El primero ya se venía utilizando desde el siglo XV y tuvo las características propias del renacimiento español. Para ser más específico durante la época de Carlos V tuvo su aparición un movimiento italiano llamado manierismo que se caracterizaba por exagerar los ornamentos romanos. Un ejemplo de éste es el Palacio de Carlos V. Luego se presenta el purismo, que es la segunda etapa de la arquitectura renacentista en España y no cuenta con ningún rastro del estilo gótico. Se utilizan una menor decoración y los pocos elementos que se usan son de tipo clásico. Por lo tanto, los edificios adoptaron un aspecto más armónico, sereno y equilibrado. En su última etapa se da lugar al estilo herreriano que se caracteriza por la ausencia de decoración y la presencia de elementos constructivos, líneas rectas y volúmenes cúbicos. Un ejemplo de éste es el Monasterio de El Escorial que marcó el poderío del rey Felipe II y el movimiento lleva su nombre por Juan de Herrera, figura indiscutible que dominó la arquitectura española por casi todo el siglo XVI.

Al principio el barroco en España siguió los mismos pasos que el estilo herreriano por un gusto más sobrio sin decoraciones. Esto fue así hasta que la familia Churriguera quiso modificar el barroco español para hacerlo más exagerado y superficial. En su decoración ornamental adoptaron una mezcla de la columna salomónica de Guarini con el orden compuesto. Luego se pasó a utilizar la columna churrigueresca o estípite como principal elemento de la decoración ornamental. Para fines del siglo XVIII se empezó a abandonar la ornamentación retorcida y exagerada del churrigueresco por la sobriedad del neoclasicismo. Es importante destacar las combinaciones de espacio y luz que se haya en el barroco churrigueresco. Algunos ejemplos son el Palacio Real de Madrid y las construcciones del Paseo del Prado.

Luego de detallar todo el proceso de la arquitectura indígena y la española, podemos concluir que esta tuvo mucha influencia en nuestra arquitectura, claros ejemplos se pueden apreciar hasta ahora en el centro de Lima, donde aún, a pesar de todos los temblores y terremotos se han mantenido firmes.

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